Este es el primero de una serie de apuntes preparados para un taller dedicado a la maravillosa obra de Giuseppe Verdi en conmemoración de los 200 años de su nacimiento
Sus
comienzos, Busseto.
Milán, sus
primeras óperas.
PRIMER
PERÍODO CREATIVO
El 30 de Enero de 1805
se celebró en un pueblecito parmesano de Roncole la boda de Carlo Verdi con
Luigia Uttini. El novio, regenteaba con su madre la Osteria Vecchia del pueblo,
una taberna heredada del padre, y explotaba además, algunas hectáreas de tierra
alquiladas en los alrededores. La novia, hilandera -ocupación habitual en las jóvenes de su condición-, procedía de una
familia dedicada igualmente al negocio que ahora llamaríamos de la hostelería.
Tanto los Verdi como los Uttini eran gente respetable en su entorno, que vivían
en condiciones económicas y culturales notablemente mejores que las de la
mayoría del campesinado que los rodeaba, sumido en su mayor parte en la
miseria.
Roncole era una simple
aldea: un conjunto de granjas, alrededor de la iglesia parroquial de San Miguel
Arcángel, en medio de la fértil llanura del Po.
El lugar había
pertenecido al ducado de Parma desde su fundación en el siglo XVI, pero en los
tiempos napoleónicos pasó a formar parte del nuevo departamento del Taro,
administrado por un prefecto francés. Los documentos del registro civil se
redactaban en la lengua de los dominadores. Así que cuando el primogénito de
los Verdi nació y fue inscrito, el 12 de
Octubre de 1813, se le dieron, en su acta de nacimiento los nombres de Joseph-Fortunin-François. Es decir, Giuseppe – por su abuelo paterno- Fortunino – nombre tradicionalmente
llevado por los Verdi – y Francesco,
en homenaje a su abuela paterna.
Verdi nació en un
tiempo en el que los músicos estaban al servicio de intereses muy precisos,
intereses que tenían más que ver con las necesidades o los caprichos de otros
–los cantantes, los empresarios, los soberanos, el público- que con los suyos propios. Cuando murió, los
compositores eran considerados unos seres excepcionales, elegidos de los dioses
para hacer al resto de los humanos un poco más felices, un poco más humanos. En
ese trayecto tuvo mucho que ver él, con su inspiración, desde luego, pero
también con su orgullo, su tozudez, su confianza en sí mismo, su feroz manía de
defender lo justo, de no plegarse nunca ante nada ni nadie.
Cuando el pequeño
Beppino contaba 3 años nació su única hermana Giuseppa Francesca, muerta en
plena adolescencia en 1833.
El interés del niño por
la música apareció muy pronto. El puesto de organista de la iglesia parroquial
lo ocupaba Pietro Baistrocchi, que era también el maestro de la escuela con
quien comenzó sus primeros y rudimentarios estudios musicales. Además la
presencia de músicos ambulantes, que interpretaban tanto aires populares como
fragmentos de las óperas de éxito, era habitual en los caminos y en los pueblos.
Parece que el pequeño Verdi, apenas oía el sonido de un organillo, un violín o
cualquier instrumento, salía corriendo, extasiado, en busca del intérprete.
El interés del niño
debía ser tan grande que sus padres le compraron con tan solo ocho años una
pequeña espineta de segunda mano. Verdi conservó toda la vida aquella pequeña
espineta, que ahora se encuentra en el museo del teatro de la Scala.
Cuando a los diez años
comenzó a tocar el órgano en la iglesia de San Miguel Arcángel, Carlo y Luigia,
enviaron a su hijo a Busseto, para que siguiese allí su educación en el Ginnasio (instituto). A unos Kilómetros
de Roncole, Busseto es una pequeña ciudad de origen medieval, antigua capital
del estado feudal de los Pallavicino, con una larga tradición cultural que aún
se mantenía, aunque en decadencia, en los tiempos de la llegada de Verdi. La
pequeña burguesía local amante de las letras y las artes, de tendencias
políticas liberales, se reunía, sobre todo en la Società Filarmonica, destinada a jugar un papel de gran relevancia
en la vida de Verdi.
La Società
Filarmonica estaba dirigida por el profesor Ferdinando Provesi y por Antonio
Barezzi que enseguida se convertiría en el protector de Verdi y sobre todo
en una figura profundamente paternal para él. Barezzi gozaba de una buena posición
económica como destilador y mayorista de ultramarinos. Igual que Provesi era un
hombre moderno, radicalmente anticlerical y librepensador,
como se denominaba entonces a cualquier persona que huyese de las rígidas ideas
reaccionarias.
Barezzi y su esposa María
Demaldè alojarán al joven Giuseppe en su casa donde este trabará amistad con la
hija de ambos: Margherita.
Acabado los estudios
en el Ginnasio, Verdi continuará con
sus estudios musicales junto al maestro de capilla Provesi.
A sus 16 o 17 años
descubre al poeta Vittorio Alfieri-
El primero en hablar de una Italia unida, de una Patria. Fundando la escuela
patriótica de literatura. A las pequeñas obras compuestas para ser ejecutadas
por la Società Filarmonica, sumara
una cantata sobre el drama de Alfieri: I deliri di Saul. Ejecutada en Busseto
por Giuseppe Guarnieri, propietario de un café y entusiasta de Verdi. (1830)
En 1832 Carlo Verdi y
Antoni Barezzi acompañan a Giuseppe Verdi en su primer viaje a Milán con la
intención de que el joven sea admitido como estudiante regular en el
conservatorio de esa ciudad. Finalmente Verdi no será admitido al fracasar en
el examen como ejecutante de piano, por lo que Barezzi lo vincula con Vincenzo Lavigna (alumno de Paisiello)
para tomar clases particulares.
Con Lavigna estudia
armonía, contrapunto y fuga. Conoce y estudia profundamente el Don Giovanni de
Mozart. También toma contacto con el mundo cultural milanés especialmente con
el teatro de ópera, conociendo poco a poco la compleja estructura de ese
particular mundo:
Los cantantes. (magníficamente pagados, pero explotados con lo que se
desgastaban rápidamente)
El compositor (como mero empleado de la compañía)
Un compositor para
poder vivir dignamente debía componer como mínimo 3 o 4 óperas al año, tal como
han hecho Rossini, Donizetti o Pacini.
Sólo Bellini impone
condiciones, tal como lo hará Verdi.
Milán es un centro
destacado del teatro lirico:
Teatro Alla Scala, comparte su prestigio con
La Fenice de Venecia
San Carlo de Nápoles
La Pérgola de Florencia
Apolo de Roma
En Milán en los años
30 varios son los teatros dedicados a la ópera:
El Re
El Fiando
El Cárcano
La Canobbiana
El de los Filodrammatici.
El teatro de los
Filodrammatici es un reducto de patriotas antiaustriacos y librepensadores. Es
la sala donde actúan los miembros de la Milanese Società Filarmónica dirigidos
por Pietro Massini
Verdi sustituye a
Massini en los ensayos de la Creación
de Haydn.
Por fin en Julio de
1835 obtiene el certificado de estudios firmado por Lavigna.
Se presenta al examen
para obtener la plaza de maestro de capilla en Busseto ante el organista de la
corte ducal Giuseppe Alinovi, quien no solo le otorga el puesto sino que le
advierte de que está preparado para aspirar mucho más alto que al puesto de
organista de una ciudad de segunda categoría como Busseto. Pero esta es su primera
oportunidad de contar con un trabajo remunerado. A los pocos meses se casa el 4
de mayo de 1836 con Margherita Barezzi.
En Septiembre termina
su primera ópera, pero será muy difícil estrenarla ya que su principal contacto
en Milán, su profesor Lavigna muera y Massini que había animado a Verdi a
escribir la obra con intención de montarla en el teatro de los Filodrammatici,
abandona la dirección de esa sala.
En algún momento
escribirá desesperado a Massini: “si me
saca usted de este vacío en el que me encuentro hundido, me sentiré eternamente
agradecido”
El 26 de marzo de
1837- nace su primera hija, llamada Virginia en homenaje a la tragedia
republicana del mismo nombre escrita por Vittorio
Alfieri, el renovador del teatro italiano a fines del siglo XVIII y gran
defensor de la libertad política y moral, el mismo autor en el que se basase
para componer su primitiva cantata Saúl, a sus 17 años.
La elección del nombre
de su hija sumado a su aspecto físico, con la barba a lo Mazzini es una prueba
pública de su simpatía por las ideas republicanas y revolucionarias de los
patriotas más destacados.
Giuseppe Mazzini fue un político, periodista y activista,
apodado el alma de Italia, que brego por la unificación italiana.
El 11 de julio de
1938- nace su segundo hijo, llamado Icilio Romano, como otro personaje de la
tragedia Virginia. Pero la alegría dura muy poco pues al mes siguiente muere
Virginia de 15 meses de edad.
El 8 de Septiembre de
1838 el matrimonio viaja a Milán con la firme decisión de impulsar la carrera
del compositor.
Pietro Massini moviliza
todos sus contactos presentando a Verdi al empresario de la Scala Bartolomeo Merelli, empresario también
del teatro imperial de Viena. Merelli era amigo, libretista, agente y productor
de Donizetti.
En esos momentos entre
los cantantes de la compañía de Merelli figuran dos que mucho tendrán que ver
con Verdi más adelante: la soprano Giuseppina Strepponi y el barítono Ronconi.
Ambos toman contacto con la partitura y parece que hablaron a favor de Oberto, conte di San Bonifacio, la primera
obra, aun no estrenada de Verdi, recomendándola con entusiasmo a Merelli.
Antes de estrenarla
deberá introducir cambios en el libreto, para ello, el empresario Merelli, le
asigna como libretista al joven Temistocle
Solera.
En plenos ensayos y
preparativos un nuevo golpe cae sobre la pequeña familia de Giuseppe y
Margherita, el 22 de Octubre de 1839 muere Icilio por una neumonía. Al mes
siguiente el 17 de Noviembre de 1839, a la edad de 26 años Verdi logra un
inesperado éxito en la Scala con el estreno de Oberto.
Oberto, no es desde
luego una de las grandes obras de Verdi, aunque tampoco es la peor. Sin
embargo, es ésta una ópera sin duda verdiana, Lo es incluso en el libreto, cuyo
argumento recuerda- con la puesta en escena de un triángulo formado por un
seductor (Ricardo), una hija ofendida (Leonora) y un padre vengador (Oberto)-
los elementos fundamentales de Rigoletto, y anticipa la permanente preocupación
de Verdi por las relaciones padre-hija o padre-hijo.
Según Massimo Mila,
Oberto es la aparición de un carácter, de un acento nuevo que no existía hasta
entonces en el panorama melodramático italiano. Los personajes de Bellini o
Donizetti se resignaban melancólicamente
a la adversidad de su destino. Los de Verdi- y será una constante es su
carrera igual que en su vida- luchan con uñas y dientes hasta el final, aunque
la fatalidad los derrote. Son espíritus grandes de resoluciones fieras y
terribles. Son gente que actúa, no gente que padece. Y todo esto se manifiesta
ya desde ahora solamente a través de la música: la cualidad de la melodía, su
unión precisa y dúctil con la palabra, su capacidad para esculpir en dos
compases un carácter, para colorear una situación con una sencilla modulación.
Es una obra teatralmente valiosa y tiene su acento propio-esa voz original-
que mantendría vivas las obras de Verdi, mucho tiempo después que la mayoría de
sus contemporáneos cayeran en el olvido.
Un ejemplo de esa vibrante personalidad que despunta,
lo encontramos en el vibrante coro de introducción, que se puede oir en el siguiente enlace:
Nº1: giuseppe verdi (1813-1901)OBERTO (1839)
ACTO I CORO
Acto I: En una campiña próxima a la ciudadela se espera la
llegada de Riccardo que viene a desposarse con Cuniza. Es recibido con todos
los honores y él demuestra su satisfacción por el matrimonio ya que le supone
un ascenso social.
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